El fenómeno de los deepfakes —videos, fotos o grabaciones de audio manipulados con inteligencia artificial para hacerlos parecer reales— se ha convertido en un tema de creciente preocupación a nivel mundial. Estos medios sintéticos, que pueden ser utilizados tanto para fines creativos como para fraudes y manipulaciones, han captado la atención de millones de personas en todo el mundo. Un estudio reciente realizado por Kapwing, una plataforma de edición multimedia, ha revelado cuáles son los países, estados y ciudades más interesados en esta tecnología.

El análisis, basado en datos de búsquedas en Google de diciembre de 2024, muestra que Corea del Sur es el país más obsesionado con los deepfakes, con 13.399 búsquedas por millón de personas relacionadas con este término. Este resultado sitúa al país asiático muy por delante del resto, ya que supera en más de diez veces el interés registrado en Estados Unidos, donde se contabilizaron 1.701 búsquedas por millón de personas.
En Europa, República Checa ocupa el segundo puesto global con 11.356 búsquedas por millón de internautas, seguida de Suecia (10.443) y Países Bajos (5.359). En el caso de España, el interés se sitúa en 1.405 búsquedas por millón de personas, lo que refleja una atención moderada comparada con otros países europeos.
Estados Unidos: Nevada y Miami a la cabeza
Dentro de Estados Unidos, el estado con mayor interés por los deepfakes es Nevada, con 1.300 búsquedas por millón de habitantes. Le siguen Nueva York (337) y California (311). En cuanto a las ciudades, Miami se erige como la capital estadounidense de los deepfakes, con 1.930 búsquedas por millón de habitantes. Otras ciudades destacadas son Atlanta (1.409) y Las Vegas (1.331).

Eric Lu, cofundador de Kapwing, destacó que uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio fue el bajo interés registrado en San Francisco, un centro tecnológico por excelencia. «Es curioso que una ciudad tan vinculada a la innovación no figure entre las más interesadas en los deepfakes», comentó Lu.
Los riesgos y la facilidad de acceso
El estudio también pone de relieve el lado oscuro de esta tecnología. Los deepfakes no solo se utilizan para crear contenido humorístico o entretenimiento, sino que también han sido empleados en fraudes y manipulaciones políticas. Un caso paradigmático fue el de un trabajador financiero en Hong Kong que transfirió 25 millones de dólares a estafadores tras ser engañado por un deepfake que suplantaba a su director financiero.
Según Lu, la popularidad de los deepfakes radica en su facilidad de acceso. «Utilizar herramientas de IA para crear deepfakes es muy sencillo y accesible», explicó. Esto ha llevado a un aumento en su uso, tanto para fines legítimos como ilegítimos.
Metodología del estudio
Kapwing analizó las 100 principales palabras clave relacionadas con deepfakes en Google, ajustando los volúmenes de búsqueda según la cuota de mercado del buscador en cada país. Posteriormente, estos datos fueron normalizados por cada millón de usuarios de Internet en cada región. El estudio incluyó tanto países como estados y ciudades estadounidenses, ofreciendo una visión completa del interés global por esta tecnología.

El informe concluye que, si bien los deepfakes representan un avance tecnológico significativo, su potencial para ser utilizados con fines malintencionados plantea serios desafíos éticos y de seguridad. La creciente fascinación por esta tecnología, especialmente en países como Corea del Sur, sugiere que su impacto seguirá siendo un tema de debate en los años venideros.
vía: Infografías