DeepSeek, la inteligencia artificial militar china que preocupa a Occidente por su autonomía sin supervisión

La irrupción de la inteligencia artificial militar china DeepSeek ha encendido todas las alarmas a nivel internacional. Un informe elaborado por la empresa Chongqing Landship Information Technology, especializada en conducción autónoma, detalla cómo el modelo DeepSeek está siendo integrado en aplicaciones militares, elevando el debate sobre el uso ético de la IA en conflictos armados.

Entre los principales usos militares que contempla el informe se encuentran el control de vehículos autónomos por tierra, mar y aire; la mejora en la toma de decisiones estratégicas para altos mandos militares; la optimización de operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR); y su integración con satélites, radares y drones. Además, destaca su capacidad para interceptar y analizar comunicaciones en tiempo real y su potencial en guerra electrónica.

Un modelo que rompe barreras éticas

A diferencia de otras inteligencias artificiales militares desarrolladas en Estados Unidos o Israel, que mantienen un alto grado de supervisión humana, DeepSeek apuesta por una autonomía casi total. Esta falta de control humano en la toma de decisiones letales ha generado preocupación entre expertos en seguridad internacional. La posibilidad de que un sistema decida y ejecute ataques sin intervención humana supone un salto cualitativo que podría redefinir las reglas del conflicto bélico.

El modelo destaca también por su bajo coste y facilidad de entrenamiento. Gracias a la técnica de «destilación de conocimiento», DeepSeek ha sido entrenado aprovechando el conocimiento de otros modelos más avanzados, como ChatGPT de OpenAI o Qwen de Alibaba, sin necesidad de invertir los ingentes recursos necesarios para crear una IA desde cero. Esto le permite ser altamente escalable, accesible y adaptado a los intereses militares de China.

Integración real en vehículos militares y rescate

La integración de DeepSeek en la estrategia militar china no es teórica. En febrero, la empresa Landship confirmó su implementación en el vehículo militar autónomo Xingji P60, presentado en la exposición internacional de defensa IDEX 25 bajo el nombre CS/VP16B. Este vehículo, desarrollado en colaboración con Norinco (el gigante estatal de defensa chino), combina capacidades de conducción autónoma civil y decisiones tácticas militares autónomas, adaptándose a escenarios de combate complejos. Además, ya se están desarrollando vehículos de rescate todoterreno que incorporan esta tecnología.

El impacto geopolítico y la respuesta internacional

La presentación oficial de DeepSeek R1 el pasado 20 de enero provocó un terremoto en la industria tecnológica mundial. Empresas occidentales vieron caer sus acciones ante la posibilidad de que China estuviera produciendo IA militar avanzada a menor coste y con mayor rapidez. El Congreso de Estados Unidos reaccionó de inmediato, presentando un proyecto de ley para prohibir el uso de DeepSeek en dispositivos gubernamentales. Además, entidades como la US Navy, la NASA y estados como Nueva York y Virginia prohibieron su utilización en entornos oficiales.

La preocupación no es únicamente tecnológica, sino también estratégica. DeepSeek podría ser una pieza clave en la visión china de guerra centrada en redes, un concepto militar que busca integrar todos los sistemas de combate, satélites y comunicaciones en un único ecosistema digital interconectado. Esto potenciaría tácticas como los enjambres de drones autónomos, la guerra electrónica y la ciberdefensa, además de herramientas avanzadas de desinformación y propaganda.

La gran pregunta: ¿está el mundo preparado?

La autonomía total de DeepSeek en la toma de decisiones militares sin supervisión humana plantea un desafío ético y estratégico para el orden internacional. Hasta ahora, las principales potencias han mantenido la supervisión humana en la utilización de sistemas letales para evitar errores y preservar una mínima línea ética. El desarrollo de una IA militar autónoma sin estos frenos podría desencadenar escenarios de conflicto imprevisibles.

La comunidad internacional observa con preocupación cómo la tecnología y la geopolítica vuelven a encontrarse en un punto crítico, con China avanzando hacia una inteligencia artificial sin límites, mientras el mundo debate si es posible —o siquiera deseable— una guerra donde las máquinas decidan por sí mismas.

vía: Escudo Digital

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