El Pentágono apuesta por la IA avanzada: OpenAI gana un contrato de 200 millones de dólares para desarrollar agentes inteligentes para Defensa

Elena Digital López

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha adjudicado a OpenAI, la compañía responsable de ChatGPT y Sora, un contrato por valor de hasta 200 millones de dólares para el desarrollo de prototipos de inteligencia artificial avanzada. La noticia marca un hito tanto para el Pentágono como para la propia OpenAI, que refuerza así su presencia en el sector público y, en particular, en el ámbito de la defensa y la seguridad nacional.

Un contrato estratégico con impacto inmediato

A diferencia de otros macrocontratos tecnológicos del Pentágono, que se reparten durante años y suelen reservar una pequeña parte del presupuesto para el inicio, en este caso OpenAI recibirá una partida inicial de casi 2 millones de dólares, con el grueso del proyecto planificado hasta julio de 2026. La adjudicación, liderada por la Chief Digital & AI Office (CDAO), pone de relieve la intención del gobierno estadounidense de acelerar la integración de la IA generativa y los agentes inteligentes tanto en operaciones empresariales como en tareas militares de primera línea.

El contrato no sólo refuerza el papel de la CDAO como centralizadora de proyectos de inteligencia artificial en el Departamento de Defensa, sino que también apunta a su continuidad y fortalecimiento institucional, en un contexto en el que la agencia ha sufrido rumores de recortes y consolidaciones tras la transición presidencial.

¿Qué hará OpenAI para el Departamento de Defensa?

Aunque los detalles específicos del desarrollo permanecen bajo confidencialidad, fuentes del Pentágono han indicado que OpenAI irá más allá de las actuales capacidades de grandes modelos de lenguaje (LLM), diseñando flujos de trabajo “agentic”, es decir, agentes semiautónomos de IA que podrán automatizar tareas hasta ahora reservadas a personal humano. La meta es reducir la carga burocrática, acelerar la gestión documental, el análisis de datos y la toma de decisiones tanto en entornos administrativos como operativos.

OpenAI, por su parte, ha utilizado este contrato para lanzar oficialmente la iniciativa “OpenAI for Government”, que centralizará el trabajo con agencias federales, estatales y locales, y articulará colaboraciones con organismos tan diversos como el NIH, el Departamento de Energía, la Fuerza Aérea y el Commonwealth de Pensilvania.

Oportunidad y escepticismo: ¿Está lista la IA generativa para tareas críticas?

Más allá de la cifra del contrato (equivalente a apenas el 2% de los ingresos anuales estimados de OpenAI, que ya superan los 10.000 millones de dólares), lo relevante es el acceso a futuros acuerdos estratégicos dentro del complejo militar-industrial estadounidense. OpenAI refuerza así su posicionamiento, su reputación tecnológica y su validación comercial en uno de los entornos más exigentes del mundo.

Sin embargo, el escepticismo sobre el uso de modelos generativos en defensa sigue presente. Preocupan las llamadas “alucinaciones” de la IA, es decir, la generación de información incorrecta o engañosa, así como la fiabilidad en tareas de análisis y gestión crítica. El propio Departamento de Defensa ha reconocido estos riesgos, y de hecho, la Marina de EE. UU. mantiene la directriz oficial de “desconfiar y verificar todo resultado antes de usarlo”.

La respuesta del Pentágono ha sido establecer “barreras técnicas y procedimentales” estrictas, tras casi 18 meses de pruebas a través de la Task Force Lima, que finalmente dio luz verde al despliegue controlado de la tecnología en diciembre de 2024.

Implicaciones y escenarios de futuro

El acuerdo abre la puerta a la modernización de la infraestructura tecnológica del Pentágono, la agilización de operaciones militares y administrativas y la integración segura de la IA en áreas sensibles. Según fuentes del sector, los casos de uso más probables incluyen:

  • Automatización del análisis de grandes volúmenes de datos no estructurados.
  • Modelos predictivos para logística, defensa y operaciones.
  • Generación de resúmenes y redacción de documentos oficiales (como órdenes presidenciales o contratos).
  • Simulación y apoyo en toma de decisiones estratégicas.

La iniciativa “OpenAI for Government” aspira además a extender estas capacidades a otras agencias públicas estadounidenses, siempre bajo el compromiso explícito de no desarrollar IA para armamento ni aplicaciones ofensivas, tal como estipulan las políticas de uso de la compañía.

Una colaboración que marcará tendencia

La colaboración entre el Pentágono y OpenAI podría convertirse en un modelo para otros gobiernos interesados en la digitalización avanzada de sus operaciones. Para la propia OpenAI, supone una vía de entrada a contratos más ambiciosos y refuerza su imagen como proveedor tecnológico de confianza en entornos críticos.

En palabras de Katrina Mulligan, responsable de seguridad nacional en OpenAI, “este proyecto marca un hito importante en la expansión de OpenAI en el sector público y ayuda a definir el marco para el desarrollo y testeo de soluciones IA en el Departamento de Defensa”.

La carrera global por la soberanía tecnológica y la digitalización de la defensa está servida, y la IA generativa ya ha entrado en el corazón del Pentágono.

vía: Breaking Defense

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