En una votación ajustada y cargada de controversia, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado un proyecto de ley presupuestaria que, entre recortes sanitarios y beneficios fiscales para los más ricos, incluye una sorprendente cláusula: la prohibición de que los estados promulguen leyes propias para regular la inteligencia artificial (IA) durante la próxima década.
La medida, impulsada por la mayoría republicana, fue respaldada casi en bloque por sus legisladores, y se presenta como una de las decisiones federales más relevantes en materia de tecnología en décadas. Sin embargo, su inclusión dentro de un texto presupuestario ha generado fuertes críticas, ya que el proyecto, denominado por el expresidente Donald Trump como “una gran y hermosa ley”, no está relacionado de forma directa con la regulación de la IA.
Una cláusula camuflada en el presupuesto
A pesar de su impacto, la disposición fue incorporada de manera discreta, sin debate abierto, dentro del cuerpo de un proyecto centrado en finanzas públicas. La maniobra legislativa podría ser impugnada por los senadores demócratas mediante la llamada “Regla Byrd”, que impide introducir cláusulas no relacionadas directamente con el presupuesto durante el proceso de reconciliación legislativa en el Senado.
Incluso algunos senadores republicanos han mostrado inquietud. Marsha Blackburn (Tennessee) expresó su preocupación por el posible desmantelamiento de leyes estatales que protegen a artistas frente a deepfakes. Por su parte, Josh Hawley (Misuri) advirtió que el veto podría “sofocar los esfuerzos locales para hacer frente a los retos que plantea la IA”.
Los argumentos: armonización federal vs. regalo a las tecnológicas
Los defensores del veto argumentan que evitará una “maraña” de leyes estatales contradictorias mientras el Congreso redacta una legislación federal coherente. Una postura llamativa, según los críticos, viniendo del partido que suele abogar por los “derechos de los estados”.
En el lado opuesto, organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF) y legisladores demócratas califican la medida como una cesión sin precedentes a las grandes tecnológicas. Según ellos, las compañías como OpenAI, Meta, Google o Amazon serían las grandes beneficiadas de un mercado sin regulación, mientras que los ciudadanos quedarían expuestos a riesgos como la discriminación en procesos automatizados de contratación, la manipulación de imágenes y vídeos, o la erosión de derechos civiles básicos.
“La gente que ha venido a rogar a este comité que actúe no se beneficiará de esta propuesta”, denunció la congresista demócrata Lori Trahan. “Pero ¿saben quién sí? Los CEOs de Big Tech que estaban sentados tras Donald Trump en su inauguración”.
Más recortes y concesiones fiscales polémicas
El proyecto de ley no se detiene ahí. Incluye también recortes estimados de 625.000 millones de dólares en Medicaid y 300.000 millones en SNAP (el programa de ayuda alimentaria). A ello se suman posibles reducciones por 500.000 millones en Medicare —clave para los jubilados— como efecto colateral del incremento del déficit nacional en cerca de 4 billones de dólares. Todo ello se destinaría a financiar la extensión de recortes fiscales previamente aprobados, que en su mayoría benefician a las rentas más altas.
Además, la ley elimina el crédito fiscal para vehículos eléctricos, otro de los incentivos federales más relevantes en la transición energética y la adopción de tecnologías limpias.
¿Y ahora qué?
El texto aún debe ser aprobado por el Senado, donde podría enfrentarse a una dura oposición. Pero si pasa tal y como está, marcará un antes y un después en el papel regulador de los estados frente al avance de la inteligencia artificial en el país.
Mientras tanto, activistas, expertos en privacidad y legisladores progresistas alertan de que se está legislando el futuro tecnológico de Estados Unidos de espaldas al debate democrático y en beneficio de unos pocos. Una decisión que, como alertan desde la EFF, puede dejar a toda una generación sin protección frente a los efectos colaterales de una revolución algorítmica imparable.
vía: engadget