El próximo lunes 14 de abril comenzará un juicio por una demanda antimonopolio contra Meta, presentada por la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos. Esta demanda busca deshacer las adquisiciones de Instagram y WhatsApp, aprobadas hace más de una década, lo que Meta considera un intento de reescribir la historia reciente de la tecnología. Según la empresa, la demanda de la FTC ignora el funcionamiento real del mercado y se basa en una teoría que no se sostiene en el mundo actual.
Meta defiende que sus inversiones han transformado tanto a Instagram como a WhatsApp en plataformas que hoy son utilizadas y amadas por miles de millones de personas. Desde la compra, Meta ha introducido múltiples mejoras y características a estas aplicaciones, como la mensajería interna, transmisiones en vivo, Stories y Reels en Instagram, y la adición de llamadas de voz y video en WhatsApp. De acuerdo con Meta, estos cambios fueron posibles gracias a inversiones de miles de millones de dólares y al trabajo continuo de sus empleados.
En defensa de su posición, Meta destaca que opera en un mercado altamente dinámico y competitivo. Para que la FTC logre su cometido en este juicio, tendría que demostrar que Meta tiene una cuota dominante en un mercado de productos correctamente definido y que las adquisiciones perjudicaron la competencia y a los consumidores. Meta sostiene que las alegaciones de la FTC están equivocadas, y que han manipulado la definición de mercado, excluyendo a competidores como TikTok y YouTube, donde realmente se concentra el tiempo de los usuarios.
Desde que se presentó la queja de la FTC hace cuatro años, la competencia en el mercado tecnológico solo ha aumentado, según Meta. Prueba de ello fue el aumento en el uso de Instagram durante una caída de TikTok en los Estados Unidos, lo que indicaría que las plataformas se consideran intercambiables por los usuarios.
Meta acusa a la FTC de poner en riesgo el negocio estadounidense, desperdiciar el dinero de los contribuyentes y favorecer a TikTok, una empresa de origen chino. Según la compañía, esta demanda es un ejercicio sin precedentes de revisionismo histórico que sugiere que ningún acuerdo es definitivo, frenando la innovación por temor a represalias si esta innovación resulta exitosa.
Meta argumenta que este caso no está relacionado con la censura, sino con el panorama competitivo actual. La empresa se muestra confiada en sus argumentos y está preparada para presentarlos en el tribunal.
Fuente: Zona de prensa de Meta.