La reciente oferta de 97.400 millones de dólares de Elon Musk por la división sin ánimo de lucro de OpenAI no es un simple intento de adquisición, sino un movimiento calculado que amenaza los planes de financiación de la compañía y su ambicioso proyecto Stargate, una iniciativa clave para la expansión de la inteligencia artificial a gran escala.
La oferta de Musk llega en un momento crítico para OpenAI, que se encuentra en pleno proceso de transformación hacia un modelo con ánimo de lucro y en una fase de recaudación de fondos que busca asegurar entre 30.000 y 40.000 millones de dólares, con una valoración total de 300.000 a 340.000 millones de dólares. Gran parte de esta financiación se destinaría al desarrollo de Stargate, un megaproyecto de 500.000 millones de dólares enfocado en la construcción de centros de datos avanzados para impulsar el futuro de la inteligencia artificial.
La estrategia de Musk: debilitar a OpenAI bloqueando su financiación
Musk ha sido un crítico abierto del giro de OpenAI hacia el modelo de beneficio privado, acusando a la compañía de abandonar su misión original de ser una organización abierta y sin ánimo de lucro. Sin embargo, la oferta presentada no solo refleja su oposición ideológica, sino que parece diseñada para interrumpir la financiación que OpenAI necesita para avanzar en su proyecto Stargate.
La conversión de OpenAI en una empresa con ánimo de lucro implica que su división sin fines de lucro aún posee un 25 % de participación en la nueva estructura empresarial. En la última ronda de financiación, esta participación se ha valorado en 37.500 millones de dólares, y en la próxima ronda se espera que alcance los 85.000 millones. No obstante, la oferta de Musk, que supera ampliamente estas cifras, pone en una posición delicada al consejo de administración de OpenAI, que debe negociar una valoración justa de los activos en el marco de la conversión de la empresa.
Si OpenAI rechaza la oferta de Musk y sigue adelante con su financiación, el consejo podría ser acusado de no maximizar el valor de sus activos en beneficio de sus inversores, lo que podría generar tensiones legales y afectar la recaudación de fondos en curso. Esta incertidumbre impacta directamente en la capacidad de OpenAI para invertir 19.000 millones de dólares en Stargate, lo que podría retrasar su desarrollo o incluso obligar a la empresa a replantear su estrategia.
Altman responde: «Musk solo quiere frenarnos»
El CEO de OpenAI, Sam Altman, ha sido tajante en su respuesta a la oferta de Musk. Según fuentes de The Information, Altman rechazó la propuesta y aseguró a los empleados que cuenta con el respaldo del consejo. En una entrevista con BloombergTV, fue aún más directo:
«Elon intenta todo tipo de cosas durante mucho tiempo. Este es ‘el episodio de esta semana’.»
Altman sugiere que la verdadera intención de Musk no es adquirir OpenAI, sino ralentizar su progreso en el sector de la inteligencia artificial, donde xAI, la empresa de IA de Musk, compite directamente con OpenAI.
«Creo que solo quiere ralentizarnos. Él es un competidor evidente y ha recaudado mucho dinero para xAI, pero desearía que compitiera construyendo un mejor producto.»
Además, Altman cuestionó las verdaderas motivaciones de Musk, sugiriendo que el empresario actúa desde una posición de inseguridad:
«Creo que su vida entera parte de la inseguridad. Me da lástima. No creo que sea una persona feliz.»
Un conflicto que va más allá de OpenAI
Elon Musk, que en el pasado fue uno de los fundadores de OpenAI, ha demandado a la empresa en varias ocasiones para bloquear su transformación en una compañía con ánimo de lucro. Además, ha criticado duramente su decisión de volverse una plataforma cerrada y propietaria, argumentando que esto traiciona su misión original de ser una organización abierta y accesible para todos.
Sin embargo, sus acciones parecen responder más a un interés estratégico personal que a una defensa del modelo sin fines de lucro. Musk ha estado fortaleciendo xAI y asegurando financiación para hacerla competitiva frente a OpenAI, por lo que cualquier retraso o debilitamiento en el desarrollo de Stargate beneficia directamente su propia empresa.
Conclusión: OpenAI sigue adelante, pero la batalla no ha terminado
Con la oferta de Musk rechazada y el respaldo del consejo asegurado, OpenAI sigue enfocada en cerrar su ronda de financiación y avanzar con Stargate. Sin embargo, la jugada de Musk ha generado incertidumbre en el mercado, lo que podría afectar la confianza de los inversores y, en última instancia, el desarrollo de su ambicioso proyecto de IA.
A medida que la competencia entre OpenAI y xAI se intensifica, es probable que Musk continúe buscando formas de interferir en los planes de su rival, ya sea a través de litigios, presión mediática o nuevas ofertas financieras. Lo que está claro es que esta batalla no ha terminado y que el futuro de la inteligencia artificial seguirá marcado por esta intensa rivalidad.