OpenAI evalúa cambios en su provisión sobre AGI para permitir mayor inversión de Microsoft

OpenAI, la reconocida empresa detrás de los avances en inteligencia artificial generativa, está considerando eliminar una cláusula clave que limita el control de Microsoft sobre la compañía en caso de que esta alcance la inteligencia general artificial (AGI). Este cambio podría facilitar futuras inversiones significativas de Microsoft, que ya ha destinado alrededor de 13.000 millones de dólares a OpenAI, principalmente en forma de créditos para infraestructura en la nube.

Un acuerdo con raíces idealistas, ahora en revisión

Cuando Microsoft invirtió en OpenAI por primera vez en 2019, ambas partes acordaron que, si OpenAI lograba desarrollar AGI, los derechos de acceso de Microsoft a tecnologías, datos y modelos se revocarían. Esta cláusula se alineaba con la visión original de OpenAI de evitar que AGI estuviera bajo el control de grandes corporaciones tecnológicas.

Sin embargo, los tiempos han cambiado. OpenAI, que comenzó como una organización sin ánimo de lucro, ha evolucionado hacia un modelo empresarial con fines de lucro. Además, su CEO y cofundador, Sam Altman, quien inicialmente no poseía una participación en la compañía, podría ahora beneficiarse con un porcentaje cercano al 7 % de una empresa valorada en 150.000 millones de dólares.

Un reto financiero monumental

El crecimiento de OpenAI y sus demandas computacionales han llevado a un aumento exponencial en sus necesidades de capital. Con planes para construir centros de datos con una capacidad de 5GW para entrenar futuros modelos, la compañía enfrenta costos estimados en al menos 100.000 millones de dólares. Esto representa un desafío financiero significativo, incluso con el respaldo de Microsoft, especialmente si la cláusula de seguridad sobre AGI sigue vigente.

Según el Financial Times, estas demandas de capital han impulsado las discusiones internas sobre la eliminación de la cláusula. Durante una conferencia organizada por el New York Times, Altman reflexionó sobre las decisiones estructurales iniciales de la compañía: “Cuando comenzamos, no teníamos idea de que íbamos a convertirnos en una empresa de productos ni de que necesitaríamos tanto capital. Si lo hubiéramos sabido, habríamos elegido una estructura diferente”.

Replanteando el impacto de AGI

Altman también minimizó la trascendencia inmediata de alcanzar AGI, una tecnología que OpenAI antes consideraba una amenaza existencial para la humanidad. “Creo que alcanzaremos AGI antes de lo que la mayoría del mundo piensa, y su impacto será mucho menor del que se anticipa”, afirmó. Según Altman, los verdaderos desafíos surgirán en la transición de AGI hacia la superinteligencia, un estado mucho más avanzado.

En este contexto, OpenAI está reconfigurando su narrativa, tratando a AGI no como un objetivo final, sino como un hito en un camino más amplio.

Salidas notables y cuestionamientos a la misión

El posible cambio en la provisión sobre AGI también se produce en un momento de tensión interna en OpenAI. En los últimos meses, la compañía ha enfrentado una serie de salidas de alto perfil. Entre los más destacados se encuentran Ilya Sutskever y Mira Murati, quienes dejaron la empresa para fundar sus propias iniciativas. Otros, como Jan Leike y Greg Brockman, también han abandonado sus roles clave, algunos de ellos citando preocupaciones sobre el alejamiento de OpenAI de su misión original.

El investigador de gobernanza en IA, Richard Ngo, abandonó la empresa recientemente, argumentando que OpenAI se ha desviado de su objetivo principal de garantizar un desarrollo ético y responsable de AGI.

El futuro de OpenAI y la relación con Microsoft

Si bien la eliminación de la cláusula sobre AGI podría simplificar el acceso a inversiones adicionales, plantea interrogantes sobre el control y la misión de la empresa en un mundo donde los riesgos asociados con la inteligencia artificial avanzada están bajo escrutinio constante.

La colaboración entre OpenAI y Microsoft, que ya incluye el uso extensivo de la nube de Azure para entrenar y ejecutar modelos de IA, podría profundizarse aún más, solidificando a Microsoft como un socio clave en la expansión de OpenAI. Sin embargo, este movimiento también podría atraer críticas por priorizar el crecimiento económico sobre los ideales fundacionales de la organización.

Con el futuro de la AGI en juego, los próximos pasos de OpenAI definirán no solo su relación con Microsoft, sino también su legado en el desarrollo responsable de la inteligencia artificial.

vía: DC

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