OpenAI se posiciona para comprar Chrome si Google se ve obligada a venderlo por motivos antimonopolio

La batalla legal que enfrenta a Google con las autoridades antimonopolio de Estados Unidos podría tener consecuencias históricas para el ecosistema digital. En el marco del juicio que acusa a la compañía de prácticas monopolísticas en el mercado de las búsquedas online y la publicidad digital, surge un nuevo actor dispuesto a capitalizar la situación: OpenAI.

La empresa creadora de ChatGPT y DALL·E ha manifestado públicamente su interés en adquirir el navegador web Chrome si finalmente Alphabet, la empresa matriz de Google, se ve obligada a desprenderse de él como parte de las medidas correctivas impuestas por el Departamento de Justicia.

Chrome, el núcleo del poder de Google en la web

Chrome, con una cuota de mercado global cercana al 70 %, ha sido durante más de una década una de las principales plataformas de entrada a internet. Esta posición privilegiada ha sido señalada por los reguladores como un factor clave que refuerza el dominio de Google en la publicidad digital y le otorga una ventaja desleal frente a competidores. En segundo lugar, a mucha distancia, se sitúa Safari de Apple, con alrededor del 20 % de cuota.

En su testimonio ante el tribunal federal de Washington, Nick Turley, jefe de producto de ChatGPT, afirmó que los acuerdos de distribución exclusiva de Google —especialmente con fabricantes de dispositivos Android como Samsung o con operadores como Verizon y AT&T— han dificultado la competencia en el acceso a servicios de inteligencia artificial. Estos acuerdos no solo privilegian el motor de búsqueda de Google, sino también la inclusión predeterminada de Chrome y de Gemini, su propio asistente de IA.

Una oportunidad estratégica para OpenAI

Durante la audiencia, Turley fue claro: OpenAI estaría interesada en adquirir Chrome si Google se ve forzada a venderlo. Esta declaración transforma a la compañía dirigida por Sam Altman en una posible candidata a absorber uno de los productos tecnológicos más influyentes del mercado, lo que podría redefinir las reglas del juego en las búsquedas y el acceso a servicios basados en inteligencia artificial.

OpenAI sostiene que el control que ejerce Google sobre los canales de distribución web frena la posibilidad de que plataformas como ChatGPT o su ecosistema de asistentes puedan ofrecerse en igualdad de condiciones. La adquisición de Chrome abriría la puerta a una nueva arquitectura web centrada en IA, donde la integración de modelos de lenguaje y agentes inteligentes estaría más alineada con la filosofía de servicios abiertos, personalizables y centrados en el usuario.

El Departamento de Justicia presiona para cambiar el statu quo

Aunque Google ha comenzado a relajar algunos de sus acuerdos más recientes con fabricantes como Samsung y Motorola —permitiendo la carga de motores de búsqueda alternativos—, el Departamento de Justicia considera que estas medidas no son suficientes. Por ello, exige acciones más contundentes, incluida la prohibición de pagar a fabricantes por instalar de forma exclusiva su buscador o navegador.

El juez Amit Mehta, quien supervisa el caso, ya falló el año pasado que Google mantiene un monopolio en la búsqueda online y en la publicidad asociada. Pese a la apelación anunciada por Alphabet, las probabilidades de revertir la sentencia parecen escasas.

Un giro histórico en el mercado de los navegadores

Si el proceso judicial concluye con la obligación de Google de vender Chrome, OpenAI podría convertirse en el nuevo propietario de una de las principales puertas de entrada a internet. Esto abriría un escenario inédito: un navegador de uso masivo gestionado por una compañía centrada exclusivamente en inteligencia artificial.

Más allá del impacto en la competencia, la operación plantearía nuevos debates sobre privacidad, neutralidad de acceso y el papel que jugarán los navegadores en la era de la IA. Lo que está claro es que la era del monopolio de las búsquedas y los navegadores podría estar llegando a su fin. Y con ello, se abre una nueva batalla por el futuro del acceso al conocimiento digital.

Referencia: El chapuzas informático

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