El auge de los modelos de lenguaje amplios (LLMs) ha revolucionado la manera en que las aplicaciones integran capacidades de inteligencia artificial mediante el uso de llamadas a API. No obstante, muchas empresas han optado por alojar sus propios modelos, una tarea que conlleva una complejidad significativa en la gestión de infraestructuras y un alto costo en el uso de GPU. Esta decisión se fundamenta en dos razones principales que las API no pueden resolver completamente: la soberanía de los datos y la personalización del modelo. Al mantener la información sensible dentro de su propia infraestructura y ajustar los modelos a sus necesidades específicas, las empresas logran un nivel de control y adaptación que las API estándar no pueden garantizar.
Amazon SageMaker AI, un servicio de Amazon diseñado para simplificar el proceso de gestión de recursos de GPU, ha emergido como una solución viable a este desafío. Mediante el uso de puntos finales administrados, SageMaker AI permite a los equipos centrarse en el rendimiento del modelo, dejando de lado las preocupaciones sobre la infraestructura subyacente. Los contenedores de inferencia de SageMaker están diseñados para maximizar la velocidad y minimizar la latencia, aunque alcanzar un rendimiento óptimo con estos contenedores gestionados requiere una configuración cuidadosa de parámetros como el tamaño del lote y el grado de paralelismo tensorial.
Para abordar estas complejidades, BentoML ha desarrollado LLM-Optimizer, una herramienta que automatiza la búsqueda de configuraciones óptimas mediante pruebas sistemáticas. Esto suprime la tediosa necesidad de un ajuste manual mediante prueba y error, facilitando notablemente la identificación de configuraciones que cumplen con los objetivos de servicio específicos de los usuarios.
Un ejemplo práctico de su aplicación destaca el proceso utilizado para aplicar configuraciones óptimas a un modelo específico, el Qwen-3-4B, en un entorno de SageMaker AI. Este proceso implica definir restricciones de rendimiento, realizar pruebas de referencia y desplegar configuraciones optimizadas con el objetivo de equilibrar la latencia, el rendimiento y los costos operacionales.
La metodología de optimización de la inferencia se fundamenta en métricas esenciales como el rendimiento (la cantidad de solicitudes completadas por segundo) y la latencia (el tiempo que tarda una solicitud desde que se inicia hasta que se devuelve la respuesta). Comprender cómo interactúan estos factores es vital para los ingenieros, sobre todo cuando se trasladan modelos de API a entornos de autoalojamiento, donde la responsabilidad de optimización recae directamente sobre el equipo técnico.
La combinación de SageMaker AI con LLM-Optimizer no solo reemplaza los métodos manuales y costosos de ajuste por un enfoque sistemático y orientado por datos, sino que también disminuye significativamente el tiempo que los ingenieros dedican a la configuración del sistema, mejorando así la experiencia del usuario final. Esta integración representa un avance significativo en términos de accesibilidad y eficiencia económica para la implementación de inteligencia artificial en el ámbito empresarial.




