Apenas 24 horas y los inversores de OpenAI quieren que Sam Altman como CEO

En un giro inesperado que podría sacudir los cimientos de la industria de la inteligencia artificial, los inversores de OpenAI están orquestando un esfuerzo para restaurar a Sam Altman en el puesto de CEO, solo 24 horas después de su despido. Esta situación, que parece sacada de un guion cinematográfico, revela las complejas dinámicas de poder y la agitación interna dentro de una de las empresas de IA más prominentes del mundo.

Los inversores de capital riesgo en OpenAI, incluidas firmas prominentes como Sequoia, están considerando una serie de estrategias audaces para lograr el regreso de Altman. Estas tácticas incluyen desde una rebelión interna por parte de investigadores clave hasta una posible demanda legal, pasando por presiones sobre Microsoft para restringir recursos vitales.

La situación llega a un punto crítico donde la nueva dirección de OpenAI, liderada por la CEO interina Mira Murati, se encuentra en una posición delicada. La combinación de presiones internas y externas está forzando a la junta a reconsiderar la decisión de despedir a Altman. Fuentes cercanas a la situación indican que Altman, por su parte, está valorando ambas posibilidades: retornar a OpenAI o lanzarse en una nueva aventura empresarial con su ex colega Greg Brockman.

Esta serie de eventos comenzó con el sorpresivo anuncio del viernes sobre el despido de Altman, lo que generó un torbellino de especulaciones y rumores en la industria. La historia se complica aún más con la renuncia de Brockman y su posterior relato en X/Twitter sobre las circunstancias del despido de Altman, revelando una aparente falta de conocimiento y participación de la junta ejecutiva en la decisión.

A medida que la situación se desarrolla, un actor clave en el posible regreso de Altman es Microsoft, cuyo CEO Satya Nadella ha expresado su descontento con la inestabilidad creada por el despido. La inversión significativa de Microsoft en OpenAI coloca a la compañía tecnológica en una posición única para influir en los acontecimientos.

La respuesta de los empleados de OpenAI ha sido igualmente notable, con muchos amenazando con renunciar si Altman no es restituido. Este apoyo masivo refleja el alto grado de estima y respeto que Altman ha cosechado dentro de la organización.

En resumen, la saga de OpenAI y Sam Altman es una historia en desarrollo que está atrayendo la atención no solo de la industria de la IA, sino también del mundo empresarial en general. Con tantos actores y fuerzas en juego, el resultado final es aún incierto, pero una cosa es segura: el mundo está observando.

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