El cofundador de Microsoft anticipa una transformación radical en el ámbito educativo y sanitario con la llegada de la «inteligencia libre»
Bill Gates, cofundador de Microsoft y una de las voces más influyentes en el ámbito tecnológico, ha lanzado una nueva advertencia sobre el impacto inminente de la inteligencia artificial (IA): en apenas una década, médicos y profesores podrían ser completamente reemplazados por sistemas de IA avanzados, según Windows Central.
En el contexto de la asociación estratégica entre Microsoft y OpenAI, iniciada en 2019 y que ya ha supuesto una inversión superior a los 13.000 millones de dólares, Gates ha mostrado un notable entusiasmo por el potencial de la IA generativa. Microsoft, a través de su plataforma Azure, es el proveedor exclusivo de servicios en la nube para OpenAI, lo que posiciona a la compañía en el epicentro de esta revolución tecnológica.
Durante una reciente intervención, Gates aseguró que el mundo está al borde de una nueva era que él denomina “inteligencia libre”. Esta fase, según el empresario, estará caracterizada por herramientas de IA mucho más accesibles y democratizadas, con una adopción masiva a nivel global. En este marco, pronostica que los profesionales del ámbito sanitario y educativo podrían volverse prescindibles.
El empresario subraya que no se trata de un proceso automático, sino que los propios humanos decidirán qué aspectos desean preservar. Puso como ejemplo que difícilmente alguien desearía ver un partido de béisbol jugado por robots. Sin embargo, considera que hay áreas donde el reemplazo por IA será inevitable.
En el caso de la educación, Gates plantea un escenario en el que cada estudiante disponga de un profesor de IA personalizado, capaz de adaptarse a su ritmo y estilo de aprendizaje. Una propuesta que, en teoría, permitiría ofrecer una enseñanza más eficaz, ajustada a las necesidades individuales de cada alumno.
Respecto al ámbito sanitario, la IA podría suponer el fin de las listas de espera, diagnosticando patologías con rapidez y precisión, y proponiendo tratamientos inmediatos. “Los beneficios para la población podrían ser enormes”, apuntó Gates, quien considera que estas transformaciones mejorarán la calidad de vida y el acceso a servicios esenciales.
Junto a médicos y profesores, el empresario también mencionó otras profesiones que se verán impactadas. Los expertos en energía, los biólogos y los programadores están entre los primeros en verse afectados por esta ola de automatización. De hecho, Gates destacó que muchos programadores ya utilizan IA como aliada para revisar y optimizar su código, aunque advirtió que, con el tiempo, también podrían ser reemplazados.
Este vaticinio coincide con las advertencias de otras figuras del sector tecnológico. Jensen Huang, CEO de NVIDIA, líder mundial en desarrollo de chips para IA, ya alertó en febrero de 2024 de que aprender programación podría dejar de ser una apuesta de futuro. También Sundar Pichai, CEO de Google, reveló que más del 25 % del código generado en su compañía ya procede de herramientas de IA.
La visión de Gates sobre el futuro inmediato de la IA se aleja del catastrofismo y se centra en su potencial transformador. Para el magnate, estamos ante una oportunidad única para rediseñar sistemas ineficientes, mejorar la calidad de vida global y preparar a las futuras generaciones para una nueva era donde la tecnología será protagonista indiscutible.