¿IA para usar o para crear valor? IBM plantea el gran dilema empresarial con Inteligencia Artificial

IBM lanza el libro gratuito “AI Value Creators”, donde distingue entre dos formas de afrontar la Inteligencia Artificial en las empresas: como herramienta externa o como motor de transformación interna.

La Inteligencia Artificial se ha convertido en una prioridad estratégica para miles de empresas, pero no todas la están abordando de la misma manera. Así lo refleja IBM en su nuevo libro “AI Value Creators”, disponible para descarga gratuita en PDF, en el que plantea una distinción clave para entender cómo las organizaciones están posicionándose ante esta tecnología: ser un AI User o un AI Value Creator. También puedes conseguirlo impreso en Amazon.

Dos formas de abordar la IA en el entorno empresarial

Por un lado, están las empresas AI User, aquellas que adoptan herramientas con IA ya desarrolladas para mejorar sus procesos. Desde asistentes como ChatGPT o copilotos, hasta soluciones más tradicionales como sistemas de recomendación, herramientas de planificación de rutas o módulos de previsión incluidos en ciertos ERP, este enfoque permite rapidez de adopción y mejoras inmediatas en productividad.

Por otro lado, IBM describe a las AI Value Creators, compañías que van más allá: desarrollan sus propias soluciones, personalizan modelos y rediseñan procesos clave utilizando sus propios datos. El objetivo no es solo automatizar, sino diferenciarse y construir ventajas competitivas que no puedan replicarse con herramientas estándar.

Dos estrategias complementarias, no excluyentes

Aunque el libro de IBM presenta estos dos enfoques como distintos, cada vez más expertos coinciden en que no son excluyentes, sino complementarios. Empezar como AI User permite ganar velocidad, experimentar con menor riesgo e incorporar capacidades avanzadas sin grandes inversiones. Pero evolucionar hacia AI Value Creator es lo que permite escalar, innovar de forma sostenida y construir barreras de entrada reales frente a la competencia.

Como señala gráficamente una viñeta compartida por la comunidad tecnológica, implantar IA es solo el primer paso. La clave está en decidir si queremos usarla como un recurso más o convertirla en el motor que transforme nuestra propuesta de valor.

El equilibrio ideal: automatizar lo común, construir lo diferencial

Desde una perspectiva pragmática, la fórmula más eficaz parece estar en combinar ambas vías: automatizar mediante soluciones existentes todo aquello que ya está resuelto, e invertir en construir soluciones propias allí donde la empresa pueda obtener una ventaja competitiva real.

En este sentido, depender solo de proveedores externos puede ser tan limitante como intentar reinventarlo todo desde cero. La clave está en trazar una hoja de ruta clara, saber cuándo integrar y cuándo innovar, y tener siempre presente que el valor real no está en la IA en sí, sino en cómo la utilizamos.

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