El CEO de OpenAI ingresa al mercado de la neurotecnología con una nueva empresa valorada en 850 millones de dólares, intensificando la rivalidad con Elon Musk en el desarrollo de tecnologías que conectan el cerebro humano con sistemas informáticos.
La competencia en el sector de la inteligencia artificial ha dado un nuevo salto con el anuncio de que Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, se encuentra co-fundando una nueva startup llamada Merge Labs. Esta empresa se dedica al desarrollo de interfaces cerebro-computadora (BCI) y representa un desafío directo a Neuralink, la compañía de neurotecnología de Elon Musk.
Según reportes del Financial Times, Merge Labs está buscando recaudar aproximadamente 250 millones de dólares en financiación, con una valoración prevista de alrededor de 850 millones de dólares. Una parte significativa de esta inversión podría provenir del brazo de capital de riesgo de OpenAI, aunque las conversaciones aún se encuentran en etapas preliminares.
La visión de «La Fusión» cobra vida
El nombre Merge Labs refleja la fascinación de Silicon Valley con la idea de fusionar humanos y máquinas. Altman exploró este concepto en una publicación de blog de 2017, envisioning high-bandwidth brain interfaces as a way to closely connect human cognition with AI and potentially avoid a zero-sum struggle for dominance.
En aquella ocasión, Altman escribió: «Aunque la fusión ya ha comenzado, se va a volver mucho más extraña. Seremos la primera especie en diseñar a nuestros propios descendientes». Esta visión, que parecía futurista hace ocho años, ahora está tomando forma concreta a través de Merge Labs.
El CEO de OpenAI no actuará como un ejecutivo operativo en el día a día de la nueva empresa. Aunque Altman tendrá el título de co-fundador, no se espera que participe en las operaciones diarias ni que invierta personalmente. Su socio en esta aventura será Alex Blania, director de Tools for Humanity, empresa conocida por el proyecto Worldcoin, que utiliza escaneo de iris para crear identidades digitales.
Neuralink: el gigante establecido
La empresa de Altman se enfrenta a un competidor formidable. Neuralink ya ha implantado exitosamente su tecnología en tres pacientes humanos, con planes de realizar entre 20 y 30 implantes adicionales durante 2025. La compañía de Musk recientemente recaudó 650 millones de dólares con una valoración de 9.000 millones de dólares.
Los avances de Neuralink han sido notables. El primer paciente, Noland Arbaugh, quien sufrió un accidente de buceo en 2016 que lo dejó paralizado del cuello hacia abajo, ahora puede controlar una computadora solo con sus pensamientos. El segundo paciente, Alex, ha logrado utilizar programas de diseño en 3D y jugar videojuegos como Counter-Strike 2, tardando apenas cinco minutos en empezar a controlar el cursor con la mente.
Un tercer paciente, Bradford G. Smith, quien padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), utiliza su implante Neuralink junto con el chatbot Grok de Musk para acelerar su comunicación. Estos casos demuestran el potencial transformador de la tecnología BCI para personas con discapacidades severas.
El dispositivo de Neuralink consiste en más de 1.000 electrodos distribuidos en 64 hilos insertados en la corteza cerebral. La implantación se realiza mediante un robot especializado diseñado para garantizar una colocación quirúrgica precisa.
El enfoque diferenciador de Merge Labs
Aunque Merge Labs compartirá el objetivo de conectar cerebros humanos con computadoras, la startup planea adoptar un enfoque distinto al de Neuralink. Mientras que la empresa de Musk se ha centrado principalmente en aplicaciones médicas para pacientes con parálisis severa, Merge Labs busca desarrollar interfaces de «alto ancho de banda» con aplicaciones más amplias.
La estrategia de Merge Labs podría incluir métodos menos invasivos que los implantes quirúrgicos tradicionales. Esta aproximación podría hacer que la tecnología sea más accesible para un público más amplio, aunque los detalles específicos de su tecnología aún no han sido revelados públicamente.
Un mercado en expansión
El sector de las interfaces cerebro-computadora está experimentando un crecimiento significativo. Según registros de ensayos clínicos en Estados Unidos, más de 45 estudios están enfocados en el uso de BCI para tratar trastornos cerebrales y superar lesiones. Empresas como Synchron, Blackrock Neurotech y Onward Medical también están desarrollando tecnologías competidoras.
Los documentos internos de Neuralink revelan que la empresa espera generar al menos 1.000 millones de dólares en ingresos anuales para 2031 gracias a la implantación de chips cerebrales en hasta 20.000 personas al año. Estos números ilustran el potencial económico masivo del mercado BCI.
Rivalidad intensificada
La entrada de Altman en el espacio de neurotecnología añade una nueva dimensión a su ya tensa relación con Musk. La relación entre los dos líderes tecnológicos se ha deteriorado notablemente desde que Musk dejó OpenAI en 2018.
Esta semana, la rivalidad resurgió públicamente cuando Altman acusó a Musk de manipular los algoritmos de la plataforma X, mientras que Musk respondió negando las afirmaciones. El enfrentamiento ha atraído considerable atención en las redes sociales y la comunidad tecnológica.
Desafíos regulatorios y éticos
El desarrollo de interfaces cerebro-computadora plantea importantes cuestiones regulatorias y éticas. Neuralink obtuvo en 2023 la aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EU) para realizar ensayos clínicos en humanos. Este proceso regulatorio incluye la evaluación exhaustiva de seguridad y efectividad antes de cualquier comercialización.
Para algunos expertos como Ben Rapoport, neurocirujano que dejó Neuralink para fundar Precision, no hay razones claras para seguir insistiendo en implantes tan invasivos cuando se puede conseguir el mismo rendimiento con métodos menos invasivos. Estas preocupaciones destacan la importancia de considerar alternativas menos arriesgadas en el desarrollo de tecnología BCI.
Los riesgos de privacidad e integridad mental generados por estas tecnologías también requieren consideración cuidadosa. La capacidad de acceder directamente a señales cerebrales plantea preguntas fundamentales sobre la protección de los pensamientos y la autonomía mental.
Perspectivas futuras
Neuralink tiene previsto inaugurar cinco clínicas especializadas en los próximos seis años con al menos tres versiones diferentes de su dispositivo de implante cerebral: Telepathy para comunicación directa cerebro-máquina, y Blindsight para restaurar la visión en personas ciegas.
Merge Labs tendrá que demostrar que puede competir no solo en términos de capacidad tecnológica, sino también en velocidad de desarrollo y aprobación regulatoria. La startup se beneficia del respaldo financiero de OpenAI y la experiencia de Altman en el escalamiento de tecnologías disruptivas.
Implicaciones para la industria
La entrada de Merge Labs en el mercado BCI señala que las interfaces cerebro-computadora están transitioning from experimental curiosities to serious commercial opportunities. La competencia entre empresas bien financiadas como Neuralink y Merge Labs podría acelerar significativamente el desarrollo de estas tecnologías.
El éxito de cualquiera de estas empresas podría transformar fundamentalmente la forma en que los humanos interactúan con la tecnología. Desde permitir que personas con discapacidades recuperen funciones perdidas hasta potencialmente amplificar las capacidades cognitivas humanas normales, las implicaciones son de largo alcance.
La carrera entre Altman y Musk en neurotecnología representa más que una competencia empresarial; simboliza diferentes visiones sobre el futuro de la relación entre humanos y máquinas. Mientras Merge Labs se establece como un competidor serio, el sector de interfaces cerebro-computadora se prepara para una nueva era de innovación acelerada y rivalidad intensificada.
Preguntas frecuentes
¿Qué diferencias existen entre Merge Labs y Neuralink en términos de enfoque tecnológico?
Mientras Neuralink se enfoca principalmente en implantes quirúrgicos invasivos para aplicaciones médicas específicas como el tratamiento de parálisis, Merge Labs planea desarrollar interfaces de «alto ancho de banda» que podrían incluir métodos menos invasivos y aplicaciones más amplias. La startup busca crear tecnologías más escalables y accesibles para el público general, no solo para casos médicos específicos.
¿Cuál es la situación actual de los ensayos clínicos de Neuralink y cuántos pacientes han sido tratados?
Hasta enero de 2025, Neuralink ha implantado exitosamente su tecnología en tres pacientes humanos. El primer paciente, Noland Arbaugh, puede controlar computadoras con el pensamiento; el segundo, Alex, utiliza software de diseño 3D y juega videojuegos; y el tercero, Bradford G. Smith, combina el implante con inteligencia artificial para comunicarse. La empresa planea realizar entre 20 y 30 implantes adicionales durante 2025 como parte de sus ensayos clínicos.
¿Qué implicaciones económicas tiene el mercado de interfaces cerebro-computadora?
Las proyecciones financieras son significativas: Neuralink espera generar al menos 1.000 millones de dólares anuales para 2031 implantando chips en hasta 20.000 personas al año. Merge Labs busca una valoración de 850 millones de dólares con una inversión inicial de 250 millones. El mercado BCI está experimentando crecimiento exponencial, con más de 45 estudios clínicos en desarrollo en Estados Unidos.
¿Qué consideraciones éticas y de seguridad plantean estas tecnologías?
Las interfaces cerebro-computadora generan preocupaciones importantes sobre privacidad mental, seguridad de datos neurológicos y riesgos de hackeo de pensamientos. Expertos como Ben Rapoport cuestionan la necesidad de métodos invasivos cuando alternativas menos arriesgadas podrían ofrecer resultados similares. La regulación de la FDA requiere evaluaciones exhaustivas de seguridad y efectividad, y el proceso de aprobación puede extenderse varios años para garantizar la protección de los pacientes.