Ocho meses después de haber asumido un puesto como observador sin derecho a voto en el consejo de OpenAI, Microsoft ha decidido retirarse de su asiento.
En una carta dirigida a OpenAI, Microsoft explicó que ha visto «significativos progresos por parte del nuevo consejo» y que ya no considera necesario su «limitado papel como observador». Sin embargo, informes recientes sugieren que la verdadera razón detrás de esta retirada podría estar relacionada con el creciente escrutinio regulatorio por parte de las autoridades de competencia, que investigan si la asociación de Microsoft con OpenAI está afectando la competencia justa en el mercado.
OpenAI ha expresado su gratitud hacia Microsoft por la «confianza en la dirección de la empresa», pero ha dejado claro que no habrá más asientos de observador, desmintiendo así los rumores de la semana pasada sobre una posible posición para Apple.
Tras la inversión de 13 mil millones de dólares de Microsoft en OpenAI, asociaciones similares están siendo examinadas minuciosamente. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos está revisando la relación entre Anthropic, Google y Amazon, mientras que la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido (CMA) está analizando los vínculos de Microsoft con Mistral e Inflection AI.
La salida de Microsoft del consejo de OpenAI llega en un momento crítico para las empresas tecnológicas, que enfrentan una creciente presión regulatoria para demostrar que sus asociaciones y alianzas no distorsionan la competencia en el sector. Con este movimiento, Microsoft podría estar buscando evitar conflictos con los reguladores y minimizar el riesgo de sanciones o restricciones futuras.
La decisión de Microsoft marca un punto de inflexión en su relación con OpenAI y resalta las complejidades del entorno regulatorio actual. Mientras tanto, el mercado tecnológico seguirá de cerca cómo evoluciona esta situación y qué implicaciones tendrá para futuras colaboraciones en el ámbito de la inteligencia artificial.